Sirte, Libia
Al igual que pasó en Belgrado y otras ciudades serbias, la OTAN no tiene ningún escrúpulo en destruir una ciudad entera incluyendo su población civil para llevar a cabo el encargo de los grandes magnates multinacionales que la dirigen (y no me refiero a los títeres como Merkel, Sarkozy u Obama).
En Libia han ejecutado el mismo crimen. El ejemplo de Sirte es solo uno de los muchos. La ciudad donde nació Gadaffi, y donde el gran crimen organizado ha acabado con su vida, tenía cerca de 80.000 habitantes según el censo del 2010. Tres meses de bombardeo con armas de todo tipo, por parte de la OTAN y los gobiernos europeos y, de ser una ciudad ejemplar, se convirtió en una ruina.
Gadafi del que decían que se escondía en el desierto o en fabulosos túneles, no se había ido, estaba allí, defendiéndola hasta el final pagando con su vida y la de los que lo acompañaban en la defensa de ella y de su país.
Los ejemplos de Gernika, Stalingrado, o Dresde no pasaron a la historia, como se suponía tras el final del convertido aparentemente en el malo malísimo de la historia, el nazismo. Los que cogieron su testigo han mejorado con creces su eficacia como verdugos y exterminadores.
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